Uno de los elementos fundamentales de la cocina: la encimera.
1.Piedra Natural. Mármol, granito, etc. Son materiales vivos, provenientes directamente de la cantera, y, como tal, con el paso del tiempo van modificando ligeramente su apariencia. Estéticamente puede resultar un poco menos agradable el veteado, granulado, y demás formaciones irregulares, pero es un hecho poco importante puesto que las modas van cambiando y con casi todos los materiales bien usados se pueden crear resultados de cine. Durable y resistente a cambios de temperatura pero filtrante, siempre es recomendable que esté debidamente tratada para evitar filtraciones indeseadas. Dentro de este material encontramos, además de todos los granitos y mármoles nacionales, la gama Naturamia® de Levantina que presenta piezas espectaculares y algunas de ellas con una apariencia muy uniforme.
2.Cuarzo. Silestone®, Compac®, Caesarstone®, Equs®, etc. Son la alternativa estética a la piedra natural, uniforme y bastante más versátil en cuanto a formas y gama cromática está el cuarzo en todas sus versiones.
El máximo inconveniente de este material es su relativa resistencia a los cambios de temperatura, no apreciables a corto plazo pero si con el paso de los años, así como la dureza, inferior a la de la piedra. Conociendo sus limitaciones y haciendo un correcto uso y cuidado es un material del que se puede disfrutar durante muchísimo tiempo.
3. Resinas. Mezcla de resinas sintéticas con diferentes elementos como minerales y en algún caso aluminio. Corian®, Solid Surface®, Krion®, etc. Es un elegante material, suave al tacto, cuya principal característica es su maleabilidad, puesto que es el único material que permite fabricar grandes longitudes sin empalmes.
Además es fácilmente reparable, tan sólo el compuesto de esta pasta y un posterior lijado harán que cualquier desperfecto recupere su estado. Está disponible en más de 100 colores y se ha convertido en un material muy usado por los diseñadores a pesar de ser bastante delicado por su poca resistencia a las manchas de pigmentos fuertes como el café o el vino.
4. Porcelánico. Hablamos de Techlam®, Dekton®, Lapitek®, etc. Se fabrican en finas planchas de grandes dimensiones y permiten cubrir grandes luces. De forma simple pero reproducible en prácticamente cualquier material (imitación madera, imitación hormigón, imitación tela, etc.), se están colando poco a poco en nuestros hogares a pesar de su alto precio, característica que compensa dada su total impermeabilidad y dureza.
5. Madera maciza. El elemento natural por excelencia. Aporta muchísima calidez a los espacios y los resultados son impecables. Como material vivo requiere de muchos cuidados y protecciones para poder conservar su aspecto, aunque, al igual que con la piedra, es prácticamente inevitable que con el tiempo vayan modificando su apariencia.
La dureza no es su fuerte, por lo que cualquier utensilio afilado puede provocar incisiones irrecuperables en su superficie. No obstante, estas acciones pueden resultar atractivas en función del estilo que queramos dotar a la vivienda, en ambientes vintage o rústicos es todo un acierto.
7. HPL. Es la versión mejorada del aglomerado. Son laminados de alta densidad con una gran resistencia a los golpes y al calor. Al mejor sus prestaciones su precio aumenta, siendo, en muchos casos, comparable con el cuarzo.
8. Acero inoxidable. Muy demandado en cocinas de estética industrial, el acero inoxidable está de moda. Es higiénico, fácil de limpiar (admite los productos más fuertes de limpieza), muy duradero, fácil de mantener, resiste a las altas temperaturas y a las manchas. El único inconveniente es que raya ligeramente pero muy fácilmente
9. Vidrio. No es un material muy recomendable para encimeras, si para entrepaños para proteger las zonas de trabajo. Aún así es una alternativa diferente a lo tradicional. Obviamente es poco práctico debido a su fragilidad, no soporta golpes, rayados, ni calor; pero si buscamos la estética es un material muy elegante que proporciona sofisticación, luz y brillo a la cocina.
10. Obra. Las encimeras tradicionales se realizaban en materiales utilizados para la construcción de la vivienda. De ahí las cocinas con encimeras de baldosa cerámica, cemento u hormigón…que eran idénticas al plano del suelo.